Relato: Sexo Casual
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Relato erótico: sexo casual en la Universidad

Este relato ha sido enviado por Luisa, una lectora del blog que quería compartir su experiencia de sexo casual en la universidad, donde seguro esto es tan común que nadie se sorprendería si te descubriera o ¿sí?

Recuerda que si te gusta este relato puedes compartirlo en las redes sociales con el hashtag #SábadoErótico

Hola me llamo Luisa me interesó mucho saber que un buen amigo mío estaba con este blog de sexo, el cual me ha parecido bien interesante y he querido relatar una de mis experiencias sexuales más agradables. Espero que les guste.

Es encantador llegar a la Universidad y sentir el ambiente de energía, conocimiento, diversidad de ideas, y por supuesto de sensualidad que flota en todas partes…. Sobre todo con guapos estudiantes que tienen una vida aquí y otra muy distinta fuera de clases.

El protagonista de mi relato es Juan, mide 1.70 cm., ojos grandes, acuerpado deportista.
Yo soy medio alta (1.64), delgada, piernas delgadas, nalgas bien formadas…

Esta historia que les cuento sucedió una tarde casi de noche, en las que prefieres estar conviviendo al aire libre que encerrado en un aula.

Yo no lo conocía, nos encontramos varios compañeros y organizamos, las ya tradicionales asoleadas de jardín, todos y todas acostadas en el césped, combinando roces, aromas y una que otra caricia de amistad, sin dejar atrás las pláticas variadas.


El llegó con varios compañeros, y lo que me impactó fue su espléndido perfil, sobre todo en su trasero… ufff, qué trasero.


Era difícil que alguien se lo perdiera. Venía con una pantaloneta corta, y una camiseta esqueleto.
Hola, soy Juan…» dijo mientras se sentaba frente a mí, a un par de metros.


¿Alguna vez han sentido lo que llaman química, esa atracción que te pone nerviosa, con el estómago duro y te cierra el cerebro?…. bueno, pues eso sentí.


Pasaron los minutos, mientras poco a poco se iban retirando los compañeros… Yo no me quería retirar, aunque ya no aguantaba estar sentada y con el sol a plomo (hasta me perdí un par de clases).


Él se iba a retirar y le dije «Juan, te acompaño, de hecho yo también voy por ahí…..» Bruta, ¿no podía decir otra cosa?


El detalle le gustó. Íbamos los dos, cuando de repente me susurró, «¿Me invitas a comer?»
Guauuuu, pero por su puesto (lo grite por dentro)… Asentí con la cabeza y solo eso bastó, para entonces mi nerviosismo se había convertido en euforia, en emoción y en seguridad en mí misma…


“Yo tenía en mente algo sofisticado, o por lo menos formal…”


«Un hot dog», me dijo… nos sentamos debajo del mismo árbol… entre risas, comentarios tontos, y una que otra opinión de la vida, empezamos a notar nuestra atracción, de esas que no quieres dejar de mirar sus ojos.


«Sabes, me encantó tu nerviosismo…. me gustó que….» y le interrumpí con un gran beso, metiendo mi mano entre sus cabellos para empujar su cabeza hacia mí.


Lo que empezó con un beso apasionado se fue convirtiendo en caricias. Me acerqué y empecé a tocar su pecho su cara, su cabello, sus brazos…


Trataba de rozar cualquier parte de mi cuerpo con el suyo… bajé mis manos y las puse en sus rodillas, acerqué su mano a la mía mientras lo seguía besando.


Su corazón latía más rápido, su temperatura empezó a subir, y su respiración era muy agitada, yo andaba por las mismas.


En una comunicación en la que no habíamos cruzado palabra durante 10 o 15 minutos supimos lo que debíamos hacer. A esa hora la universidad estaba vacía, es el cambio de jornada tarde noche, lo cual aproveché para llevarlo a un salón, en el último piso de uno de los edificios.

Ya había probado su cuello, sus manos, todo su aliento, me separé un poco y le quite su camisa.

Me encontré con algo perfecto, empecé a besar suavemente su pecho, muy suavemente, mientras acariciaba todo lo que encontraba.

Poco a poco le desabroche sus pantalones, los cuales me dejaron ver parte de su gran dotación. Bajé sus pantalones hasta la rodilla y por fin vi todo su esplendor…

No pensé que un hombre utilizara un pequeño bikini, que dejaba ver casi la mitad de sus nalgas, sin decir nada, hice a un lado su bikini, sin bajárselo, y allí descubrí su exquisito pene.

No resistí la tentación y empecé hacerle, el que para el sería su mejor mamada.

Con mi lengua lo acaricié, sentía que estaba duro, grande y jugaba con él como si trajera una aceituna en mi boca… Lo lamí, lo chupé, lo mordí, hasta que no pudo más y solo sentí como me tomó del pelo y decía «ahhhhhhhhhh» yo solo sentí como me escurría su líquido en toda mi cara, y como si fuera una paleta, lamía y lamía todo lo que salía.

No me detuve, aunque ya había relajado su cuerpo, quise estar más cómoda.

Me acosté boca arriba en un escritorio, abrí mis piernas mientras él jugaba con mi vagina y me tocaba mis tetas con sus manos grandes, tenía ya mis pezones duros y sentía que estaba bien mojadita no veía la hora de sentirlo ya adentro.

Le dije: «ya, ya, ya no puedo, métela, métela por favor».

El escritorio ya estaba mojado. Me puse boca abajo sobre el mismo escritorio, su pene estaba duro y húmedo, y de un solo movimiento lo sentí bien adentro, con mucha fuerza, mientras él se agarraba de mi cintura.

«Ahhhh, ahhhh, ahhh, mi amor, así te imaginé desde que te vi, con tu verga adentro de mi entrando y saliendo…. ahhhh»

Mientras él me la metía yo con mi mano acariciaba mi clítoris, yo estaba a punto y se lo dije: “ya, ya me vengo…”

Él me empujó y se la sacó diciéndome: “esto lo tengo que ver…”

Me acostó nuevamente boca arriba le dije «Ahora sí, haz lo que quieras…”

Sentía que entraba y salía, sentía su roce sobre mi vagina, «no aguantó más», le dije con voz cortada y segundos antes de venirse lo empuje, agarre su pene, y le dije «échamelo, échamelo… ¿quieres que me lo trague?»

Salieron chorros y chorros, todo iba depositándose en mi cuerpo mientras se lo agarraba y con la otra mano me embarraba todo el semen en mi cuerpo.

Yo estaba totalmente bañada de semen, él me ayudó a untármelo por mi cuerpo. Mientras me besaba. Descansamos un rato, platicamos, nos abrazamos y por último me quedé con un grato recuerdo que hasta la fecha tengo: un lindo bikini blanco con su olor y otras cosas más.
Espero les haya gustado mi experiencia, la verdad es que fue súper exitante todo..

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2 comentarios

  1. Que interesante experiencia, esas son las buenas, las que no se planifican sino que sale naturales.
    Me gusta este espacio donde las lectoras tengamos la oportunidad de aportar experiencias varias.