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De mareos, tabúes y medias tintas

De mareos, tabúes y medias tintas va este post invitado, donde Sergio Melich de La Vida Es Fluir nos compartirá su visión.

Hará una reseña sobre las relaciones sentimentales en un mundo donde las opciones son tantas, y tan diversas; que nos cuesta decidir y aceptar preferencias o gustos diferentes.

Pero, sobre todo, donde las medias tintas y los mareos son el pan de cada día.

Hoy en día gozamos de muchas alternativas a la hora de elegir una pareja sentimental.

Por desgracia, eso hace que algunas personas permanezcan bastante tiempo solas, o que elegir les cueste un montón.

Y por eso, vemos que cambien de pareja con tanta frecuencia: porque nunca nada será de acuerdo a sus exigencias.

Todo esto hace que al relacionarte con personas que piensan de otra manera, que ven la sexualidad de otra forma, que viven sus relaciones de pareja diferente, tu mente empiece a rumiar y evaluar posibilidades.

No quiere decir esto que vayas a cambiar tus gustos, preferencias o necesidades en cuanto a una relación porque nosotros lo digamos.

De hecho, si estás a gusto y feliz con lo que vives actualmente, nada tiene por qué cambiar.

Pero para aquellas personas que no están del todo a gusto y se sienten raras o diferentes, el asunto cambia.

Descubrir que hay otras posibilidades es como encajar las piezas de un puzle, y eso es maravilloso.

He compartido mi opinión sobre las relaciones no convencionales ya en Hablando de Sexo… Pero hoy te traigo un post que ha realizado mi pareja, Sergio Melich de La Vida es Fluir.

Habla sobre la importancia de conocerte, aceptarte y tener relaciones auténticas. Para él, estas relaciones están basadas en ti y en lo que realmente quieres en tu vida.

¿Te animas a descubrir cómo vive su sexualidad una persona que predica el amor libre basado en el respeto, la comunicación y el todo menos marear?

Las expectativas son la muerte de la claridad y la madre de los mareos

Decía en uno de mis vídeos que una de las cosas que más me hubiera beneficiado conocer antes de iniciar mi vida sexual y comenzar a intimar con otras personas era la grandísima carga de expectativas que existen.

Tal vez, si lo hubiera sabido de antemano, me habría salido todo más sencillo.

Pero seguramente, si fuera el caso, hoy sería de otra manera. Considero que es, mira por dónde, la gran cantidad de clichés y «cosas innombrables» que he tenido que afrontar lo que me ayudó a ganar en perspectiva y me ayudó a dar con mi estado ideal.

Aunque, por supuesto, eso no quiere decir que no tenga dificultades ni altibajos ahora.

Poniéndonos en antecedentes…

Yo soy una de esas personas a las que podrías definir como libertino y picaflor si me conoces mal.

Cuando me conoces bien, observas que tengo una gran capacidad para calar a las personas y una curiosidad indómita. Y que soy un poquito devoto y esclavo de la belleza, o amante del amor.

Mi atención puede caer sobre ti como si fueras el único oasis en medio del desierto, y con la misma gana me bebo tus detalles.

Cuando conozco a una persona que realiza y manifiesta los valores, los criterios y los rasgos que más aprecio; no puedo evitar sentirme atraído hacia ella y tratar de conectar(nos).

¿Y cuál es el problema con eso?, te preguntarás…

Que durante gran parte de mi vida eso fue un tabú de los gordos.
Por corrección política, uno no puede querer entrar así (de profundo, de deprisa, de X…) en la vida de alguien.

Por las expectativas y los riesgos de quebrar la experiencia, uno no puede ser tan intenso.

Por guardar el misterio y mantener el interés, dicen, uno no puede ser tan demostrativo.

Y esto por no complicarnos hablando de relaciones no convencionales…

Hay quien te jura, como si conociera mejor que tú lo que llevas dentro, que uno no puede sentir cosas igual de intensas por distintas personas. Qué simpática situación…

Quien lo vive como yo, y no somos pocas personas, puede confirmarte que cada vez que conviven sentimientos por personas diferentes en tu interior está justificada por la esencia de quien te los inspira, y por su papel en tu vida, claro.

Es, únicamente, una forma no convencional de hablar sobre el amor y entender las relaciones.

El discurso al que te acojas es lo que impera, ¡para bien o para mal!

Con esto ya no sólo me refiero a los moldes de una educación, o a las premisas de unas creencias o doctrinas religiosas o de cualquier otro tipo que me vengan social o familiarmente impuestas.

También incluyo aquí la historia que yo mismo creo y cuento sobre mí como ser social, sexual y sentimental.

A lo largo de mi vida privada, demasiadas personas han intentado hacerme pasar por el molde de lo que consideran aceptable o preferible para su compañero de travesuras (o pareja, o como prefieras nombrarlo).

O de lo que más les beneficiaba, que para el caso es un gesto tan sólo cinco puntos más egoísta…

Pooooorque ahí ya estamos hablando de algo intencional, claro está.

He participado en no pocos malentendidos, ¡y muchos por atreverme a decir que no!

Sí, has leído bien. Por ser el que rechaza, no el rechazado.

Fue un escándalo curioso en su momento. Un hombre, y más uno con el apetito sexual que yo me gasto, diciendo que no.

A pesar de todo lo que intentaban y maquinaban con tal de convencerme, la cuestión es que no cedí… Y tuve problemas por ello.

Rumores que quedaron ahí, por suerte. Muy serios y muy feos, en todo caso, pero ya se sabe desde Shakespeare que no hay furia en los infiernos como la de una mujer despechada.

Todo esto porque cuando le dije que no en su día, acabé cediendo a sus insistencias proponiéndole cosas que dudaba mucho que se atreviese a realizar…

Y me llevé yo la sorpresa cuando las organizó por su cuenta.

Ahí fue cuando acuñé mi credo particular: todo, menos marear.

Hoy soy la clase de persona que lo mismo te invita a compartir algo que me apasiona o un simple paseo, con tal de verte, que acepta tu invitación a compartir instantes, fantasías, vivencias y sentimientos… Pero solamente si me convence.

Y si cuadramos un encuentro, salvo causa de fuerza mayor, acudiré.

Si tú no acudes, me cancelas encuentros sin razones de peso, me dices que sí con vaguedades del tipo «te iré diciendo» que luego resultan en tu ausencia o similares… Pierdo el interés en ti, y dejo de preocuparme por mantener el contacto.

Pero te confronto al respecto, y te lo hago saber. Siempre y cuando desee hasta ese punto tu presencia en mi vida.

Si no hay nada que hacer (porque hablar no sirve, o no deseamos la misma implicación el uno con el otro, o lo que sea), uno de los regalos de la sociedad líquida es mi capacidad para eliminar tu presencia de mi vida con cuatro toques y dos clics. 🙂

¿Por qué es TAN necesario cortar los mareos?

Porque marear es una de las consecuencias negativas, voluntarias o no tanto a veces, que tiene la sociedad líquida. Los motivos o detonantes de tanto mareo al personal son:

  1. Demasiadas opciones a la vista,
  2. Los nuevos paradigmas sobre la forma de contactar y relacionarse con los demás,
  3. Una conexión constante a tecnologías informáticas y redes de contacto.

Tres factores de influencia que tienen el curioso efecto de convertirnos en indecisos crónicos.

Es decir, en personas que se aferran a todo compromiso, evento o cita hasta última hora; y que tienden a fallar a la mayoría de los mencionados… O a dejar plantados en el último segundo a los demás.

Esta flexibilidad o liquidez también provoca que cambiemos de idea con una rapidez pasmosa, pasando de adorar algo o a alguien a no poder verlo nunca más en un suspiro.

De esta manera, no es de extrañar que nadie tenga claro lo que quiere y que algunas personas jueguen contigo si les dejas… Y que, de hecho, el juego no te divierta lo más mínimo.

Creo que estaremos de acuerdo en que si el juego no divierte a ambos es mejor no jugarlo, ¿verdad? Por eso hay que conocer un poquito la diversidad de juegos que existen y así elegir conscientemente a cuáles nos prestamos.

¿Cómo se puede sobrevivir tranquilamente en medio de este huracán?

Ojalá pudiera darte un consejo universal…

Espera, resulta que puedo.

Encuentra tu forma ideal de relacionarte, y comienza por no marear con ella

La mía fue darme cuenta de mi tendencia hacia las relaciones profundas y al mismo tiempo abiertas.

Poliamor, si gustas. Fue el no aceptar que alguien trate de monopolizarme, y el no aceptar que me vendan valores o virtudes que luego violan en cuanto te confías un poco…

Pasé a construir las relaciones al día, con la base de la libre aceptación de la potestad del otro para hacer lo que se le antoje mientras no me joda con ello (y aquí el joder queda entendido como consecuencias nocivas para mi salud, principalmente).

¿Mi truco estrella? ¡Busco siempre el diálogo! Y sobre todo, soy el primero en sondearlo todo.

Especialmente tabúes, fantasías, experiencias que dejaron marca y otras cuestiones importantes.

Y no lo hago por ser yo un hombre, no… Ni por eso, ni por cualquier prejuicio estúpido sobre llevar la iniciativa de las cosas de manera socialmente aprendida o impuesta culturalmente. No te confundas.

Lo hago porque me interesa hacerlo para que la relación prospere.

El silencio desconecta y separa. Por la boca muere el pez, y por no abrirla mueren las relaciones.

Recuérdalo cuando veas morir una relación que te importa y no sepas por qué.

Soy una persona que se centra en mantener viva la conexión, y eso se hace con presencia y con interés.

Cuando recurres a juegos de poder sucede algo muy gracioso…

Es más probable que te cargues todo lo bueno que había entre la otra persona y tú, y encima no consigas lo que buscabas.

Así que yo los evito cortándolos de raíz.

Haciendo esto, mi autoestima creció al nivel de dar asco y envidia a partes iguales.

Aparte, he aprendido a reconocer a las personas idóneas para conectar y mantener esa conexión; sin importar la distancia física ni el tiempo que transcurre entre encuentros.

De hecho, hay quien juraría que solamente ha pasado una noche cuando en realidad pasaron años.

Soy la clase de persona que lleva pedacitos de sí misma debajo de las uñas. Porque tiendo a rascarme las entrañas para que se vea mi alma…

Como bien dijo Zatu en una de sus canciones. Pero esto no es un manual de instrucciones para tu vida, y puede que ni siquiera case contigo.

Pero eso es otro cantar, y me ha llegado la hora de despedirme…

Si con algo de todo esto que he contado te ayudo a tomar mejores decisiones en los tiempos que corren, me alegro por ello. Y más todavía si son a tu medida.

Y si con esto no te da ni para empezar, te invito a conocer mi Curso sobre Relaciones Auténticas. Te resumo lo importante:

  • Empezamos el día 18 de julio de 2018 con el grupo para hombres. El de mujeres y el mixto dependen del público.
  • Apuntarse antes del día 10 tiene un descuento del 70%. Entre el 10 y el 18, es tan sólo del 50%.
  • Puedes entrar indistintamente de tu raza, estado sentimental y orientación sexual.
  • Si hay más de 10 mujeres interesadas que formalicen su inscripción antes del 18 de julio de 2018, Diana y yo les abrimos grupo.
    ¡Así que actúa ahora! Si no, te toca esperar a la siguiente apertura de puertas (este otoño).
  • El curso como tal dura 7 semanas y tendremos una reunion por semana. ¡Y queremos favorecer que nadie lo abandone sin acabar!
    Si lo completas, podrás quedarte hasta el 10 de julio de 2019 en la comunidad que formaremos con los participantes de este curso.

¿Y bien? ¿Contamos contigo? 🙂

¡Hasta aquí la intervención de Sergio!

Ahí tienes, una visión sobre la vida y las relaciones que se basa en ser auténtico, por más que cueste y duela.

Porque a la final cuando te involucras realmente en una relación deberías entregarlo todo, porque de eso se trata. De vivir el presente.

Sin embargo la realidad es otra, estamos aquí, allá, esperando que llegue la persona perfecta en el momento perfecto y eso hace que nos perdamos algo maravilloso.

¿Crees que el conocerte, aceptarte y amarte lo suficiente te ayudará a tener mejores relaciones? ¿Cómo te va a ti con los mareos en tus relaciones?

Sergio tiene una filosofía de vida súper interesante y ha escrito varios libros, uno de ellos con el nombre de Todo menos marear, que justo estoy leyendo en este momento.

Por eso le he pedido que escriba algo sobre el tema de las relaciones en los tiempos que corren.

Si te gusta el trabajo de Sergio, puedes unirte a la Comunidad de Aprendizaje (que hemos creado juntos).

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44 comentarios

  1. Me ha encantado leer a tu invitado, interesante artículo, totalmente de acuerdo 😉 Leyendo tus entradas siempre aprendo un montón, a seguir así . Nos leemos.

  2. Diana llevo tanto rato leyendo versiones femeninas en estos últimos meses, que ya me hacía falta conectar con una voz masculina de un tema tan importante como lo es las relaciones, además que Sergio tiene una forma particular de escribir y uno se engancha fácilmente a su discurso. Me gusta cuando dice que se le podría definir como libertino y picaflor si se le mal conoce, además porque tiene una concepción del amor y de la pareja, que viéndolo desde el punto de vista feminista, por supuesto que fácilmente puedes catalogarlo como un mujeriego. Tal vez no estoy muy de acuerdo con eso de tener muchas relaciones, romances, aventuras, o como quieras llamarlo, y por este amor liquido en el que muchos se involucran actualmente, sea ya la costumbre de descartar a los demás con tan solo dar un par clics, porque es importante dar la honra que cada quien merece en nuestras vidas sobre todo para no repetirnos en la siguiente relación, y sobre todo si hemos tenido intimidad y hemos entregado nuestra desnudez corporal a ese que ya se ha ido, tal vez esté opinando desde el juicio o desde una cultura muy distinta, pero lo que más me ha gustado de este post es esa sinceridad con la que tu invitado confiesa no volver a entregarse tan profundamente, aunque no por ello deje de hurgar en la vida de quien llega a su vida.
    Muy buen post y excelente perspectiva.

    1. Hey guapa, la verdad es que como dice mi madre: «cada uno habla según como le vaya en la fiesta» y sí, la visión de Sergio es bastante peculiar con respecto a las relaciones y lo que busca en ellas, sobre todo para nosotras que venimos de una cultura donde esa libertad que él tanto defiende cuesta un poco entenderla, aceptarla y comprenderla, porque sencillamente no la hemos visto, no la hemos vivido. A nosotras nos criaron desde el apego, desde la propiedad, más que desde el amor libre.
      Estoy contigo de que ese amor líquido que hoy es tan común y que hace que la gente se comprometa menos, se relacione superficialmente y sobre todo viva las relaciones sexuales como algo pasajero de «aquí te pillo aquí te cojo» no es el ideal para ti, ni para muchas personas, porque somos de otra escuela guapa, hemos comprendido gracias a las batallas que hemos librado que las relaciones son mucho más que un par de clics y desterrar al otro de tu vida. Hemos hecho procesos de amor propio, aceptación, perdón… que a muchas personas que viven de manera tan rápida les cuesta aceptar y comprender, porque lo quieren vivir todo ahora y eso hace que el tema de abrir el corazón y volver a amar realmente se haya convertido en una fobia :/
      A mi me encantan la diversidad de opiniones, de gustos y no por un tema de juicio o crianza sino porque a la final cada uno se siente más identificado con una u otra postura según las experiencias que viva, y es que gracias a ellas podrá comprender mejor en qué lado del río le gustaría estar y vivir su vida sentimental, sexual, profesional, familiar, social y demás.
      Un abrazo preciosa y gracias por compartir tu opinión 🙂

  3. Pues a ver si no se marean con tantos amores aquí y allí, es algo que me llama la atención, y me gustarla vivir, lo que pasa con estas cosas es que es fácil opinar de ellas cuando se hacen y no que nos las hagan. A no ser que la relación, si se tiene pareja, sea tan abierta que se pueda meter mas personas en el medio y no afecte la estabilidad emocional de ninguno de los implicados.
    Para eso se debe tener en cuenta que si la hacemos damos pie a que también nos la hagan y eso a veces no nos gusta.
    Pero ensayando es que nos damos cuenta en qué parte queremos estar y con quién y si la relación resiste estos poliamores, pues bienvenidos a una nueva era libre y sin tapujos.

    1. Creo que lo has dicho muy bien madre, se requiere saber muy bien dónde te metes para poder reconocer si quieres o no estar allí, porque no debe ser sencillo o fácil cambiar toda una vida de estabilidad, educación y costumbres diferentes por algo que te puede dar mucha inestabilidad, al menos en comparación con lo que has vivido :O

  4. Hola Diana:
    Dejando a un lado el tema del sexo (que ya es dejar, en tu blog:)) resulta que la filosofía anti-mareo de Sergio es aplicable a todo tipo de relaciones: familiares, de amistad e incluso laborales. Mareamos aceptando quedar con gente que no nos aporta nada, mareamos cuando decimos que sí a trabajos que nos importan un pito o que nos desgastan y anulan, mareamos cuando decimos que sí (o que no) a un relación por el qué dirán, mareamos, en definitiva, porque nos da miedo ir a contracorriente (aunque sólo sea unos metros), porque estamos programados para que nos guste la seguridad y porque lo que se sale de lo común nos expone. ¡Pero queremos ser especiales, queremos destacar y ser inolvidables! Así que decimos que sí sabiendo que nunca lo llevaremos a cabo y entramos en la rueda del mareo. No puedo estar más de acuerdo con Sergio en que solo hay una cura: cortar de raíz las relaciones que se pasan de «mareantes». Un adiós es mucho mejor que infinitos «es posible» que nunca llegarán a nada.

    1. Hola guapa, cuanta verdad dicen tus palabras, muchas gracias por dejar tu aporte aquí, la verdad es que tenemos mucho que hacer para cortar de raíz ese pensamiento de tener que complacer al otro, cosa que no es sencilla,pero que bien merece la pena al menos intentarlo 🙂 Un abrazo preciosa 🙂

  5. Me ha encantado leer a tu invitado Diana. Y a Sergio, gracias por compartir y hacerlo de un modo tan claro.
    Estoy totalmente de acuerdo en que las personas tienen que dejar de marear y de jugar con las personas y sus sentimientos. Sin embargo, como el ser humano está en constante evolución, lo que un día es importante y nos convence, al tiempo ya no es así. Y en ese intermedio de crecimiento, hay mucha gente que marea, pero sin querer. Es ahí donde no hay maldad y donde los que nos sentimos mareado, tenemos que elegir qué hacer, si dar tiempo o simplemente alejarnos del mareo.
    Los jugadores empedernidos del mareo son los que hay que evitar desde un principio sí o sí… Y hay que saberles oler desde la distancia porque son los que más daño hacen, hasta que les apartas de tu vida.
    ¡Gracias a ambos por el artículo de hoy!
    Un abrazo

    1. Gracias Ana por tus palabras, la verdad es que si logramos sacar a esas personas que, como bien dices, marean porque les da la gana, sería lo ideal. Se me hace que son las que luego se convierten en personas tóxicas, que de alguna manera debemos sacar de nuestra vida o al menos eso debería ser a lo que debemos aspirar 🙂 Un abrazo preciosa 🙂

  6. Gracias por este articulo tan interesante y poder ver la mirada de un hombre que aprecia las relaciones desde su punto de vista. Me encanto ver con que naturalidad y autenticidad Sergio lo expresa. Soy de otra escuela un poco, espero me entiendes. Quiero decir que me encanta y aprecio las relaciones porfundas y duraderas basadas en confianza y compromiso con una sola persona. Aunque podemos enamorarnos varios veces en la vida de manera un poco distinta cada vez. Eso de marear nunca me ha gustado incluso era mucho antes de casarme. Tenia que aprender de alejarme de muchas relaciones que me podian hacer daño y de algunas no he podido. Jeje.. Ya eso es una cosa pasada. Cada experiencia es un aprendizaje. Muchas gracias y me encantaria leeros mas. un abrazo

    1. Elena, gracias por compartir tu punto de vista, sobre este tema, la verdad viene genial que nos cuentes lo que opinas, no necesariamente tienes que estar de acuerdo 😉 Un abrazo mujer y espero nos encontremos nuevamente en el camino 🙂

  7. Hola, Diana!
    Un post súper y un invitado muy interesante.
    Para empezar, quiero decir que cuánto daño ha hecho muchas doctrinas religiosas y aquello de «políticamente correcto». ¿Correcto para quién?
    Me he sentido identificada sobre todo cuando hablaba de los malos entendidos que se pueden ocasionar por ser la persona que rechaza o dice NO.
    Conclusión! No hay que marear tanto, y dejar claras nuestras bases en la relación, lo que buscamos, nuestros valores, etc. ¡Vivir y dejar vivir!
    Un abrazo gigante!

  8. La primera vez que leí el post me quede enamorada y ahora que lo he leído de nuevo me encanta mucho más y felicidades por tratar un tema muy vivido y poco hablando. A mí me encanta las personas que sean directas, que estén seguras de que es lo que buscan, porque lo buscan y para qué buscan.
    Este invitado me encanta como habla, bueno, escribe. ja ja ja. Las putas etiquetas siempre han estado ahí, y nos gusta etiquetar a unos cuantos en lo que creemos justo o no. Los temas sentimentales son muy complejas, cada quien tiene su historia y el como ve el amor.
    Saludos.

    1. Tal cual guapa, las etiquetas son el mal de nuestra sociedad, pero todo tiene que pasar por una porque sino no lo validamos, una pena pero es lo que tenemos que vivir cada día y no lo etiquetes y verás que no podrás definir nada en este momento jajaja 🙁

  9. Me ha encantado leer el escrito de Sergio Melich, no comparto todas sus opiniones pero eso no quiere decir que no me guste leer como piensan otras personas. El se ve alguien honesto y si vas diciendo la verdad a la cara, luego cada uno es libre de responder si o no, sin engaños ni falsas expectativas que puedan dañar al otro.
    Hay que vivir siendo auténtico, expresando lo que somos y queremos, disfrutar y vivir intensamente el momento presente. Aunque tu forma de vivir no encaje con la sociedad o con lo que se considera normal por la gente, tienes todo el derecho a ser como eres y más si no engañes a nadie y muestres tu autenticidad.
    Un abrazo

    1. Hola Odina, gracias por tu comentario, claro que no es sencillo estar de acuerdo con el pensamiento de todo el mundo, si así fuera ¿te imaginas cómo sería el mundo? podemos aceptar y respetar porque todos somos diferentes en lo que queremos en nuestra vida, la verdad es esa y a la final mientras seas honesto creo que todo se puede manejar, al fin y al cabo hablando es que se entiende la gente 🙂

  10. Hola Diana!
    Me ha encantado leer el post de Sergio. Da un punto de vista diferente a una realidad que está ahí y que, normalmente, suele criticarse libremente. Conocer cómo se vive desde dentro me ha ayudado a entender ciertos comportamientos que, desde el dolor, son difíciles de aceptar.
    También estoy de acuerdo en que, en las relaciones de pareja, sean del tipo que sean (como en todo), hay que ir alineado con los valores de uno mismo, hacérselos ver al resto y, si no le gustan o no los comparte, al menos que no maree.
    Bravo por Sergio! por ser capaz de llegar más allá y sacar lo que hay dentro 🙂
    Un abrazo a los dos!

    1. Hola Bea, muchas gracias por tu comentario. Qué bonito suena todo cuando hablamos de escucharnos, aceptarnos y ser fiel a nosotros mismos y más bonito es cuando logramos vivir esa clase de vida. No es sencillo cuando tenemos tantas cucarachas en la cabeza, cuando cuesta aceptar y reconocer que podemos amar de otra manera. Es un camino largo y nada sencillo, pero interesante a la final 🙂 Un abrazo guapa y gracias por pasarte por aquí 🙂

  11. Me ha encantado este post tuyo con la colaboración de tu invitado puesto que siempre está bien compartir diferentes puntos de vistas. Además es un placer compartir contigo una vez más la iniciativa de activa tu blog puesto que de un mismo tema obtenemos diferentes puntos de vista y eso es apasionante.Sobretodo a mi me encanta ver el tuyo puesto que siempre tienes algo interesante que contar. Un saludo.

    1. Norah muchas gracias por tus palabras bella, la verdad es que estamos en este camino aprendiendo un montón unas de otras y espero sigamos recorriéndolo y disfrutándolo mucho más 🙂 Un abrazo y gracias por tus palabras 🙂

  12. A veces me resulta facil identificar en otras parejas se son toxicas para ambas pero no sé si me doy cuenta de eso por mi situación sentimental. No sé como medirlo o darme cuenta. Tu post me ayuda mucho asi que miles de gracias. Me encantó la perspectiva del invitado y que nos cuente su experiencia, nunca está mal decir que no de vez en cuando, un beso!

  13. Hola. Interesante entrada. Me gusto leer la perspectiva de un hombre sobre las relaciones. Defiendo que la relación hay que despertarse y aceptar el espacio de cada uno, muy necesario. Y desde luego tenemos que conocernos primero y saber a que estamos dispuesto a ofrece para comenzar con fuerza una relación. Gracias por compartir. Besos.

    1. Gracias a ti Isabel por compartirnos tu punto de vista. La verdad en las relaciones lo mejor es que cada uno defina lo que quiere y mire si es posible o no, pero eso lo sabemos cuando empezamos o vamos construyendo cada relación que tenemos 🙂

  14. Hola guapa! La verdad es que siempre viene bien la visión masculina de este tema, y tu invitado nos lo ha explicado perfectamente! Ahora con tantos tipos de parejas no hace falta marearse, cada uno tiene que hacer lo que le salga del cuerpo, y me parece genial! Echaré un vistazo a más entradas tuyas, que me parecen muy interesantes!

    1. Raquel muchas gracias, seguro te encantará y muy bien lo dices, con la cantidad de opciones que tenemos hoy en día, no sé porqué nos complicamos tanto en las relaciones, pero bueno, creo que estamos aprendiendo 🙂

  15. Es un artículo muy interesante, sobre todo, porque uno nunca termina de conocer a la gente e incluso, nunca termino uno de conocer así mismo. Es muy bueno delimitar el terreno y, decir quiénes somos, cómo somos y lo que hacemos, sobre todo en una relación de pareja.
    Creo que lo que más comparto con este chico, es la libertad, En lo personal, no tengo una relación así de abierta como plantea, pero no soportaría que mi marido me cuartara para según qué cosas, del mismo modo que el también tiene su libertad, sus espacios o como lo llamamos ambos, el metro cuadrado, es absolutamente necesario tener ese espacio para uno mismo, es la única manera de no perder la identidad, claro esto me funciona a mí, cada uno tendrá sus propios sistemas, como es Sergio.

    1. María así es como funcionan las relaciones, cada una se crea su propio sistema que le funciona o no según qué cosas y la idea es encontrar eso que nos funcione y ser feliz con ello, que ya de por sí, no es algo sencillo de encontrar cuando se tiene una relación 🙂

  16. Hola hermosa, si hay algo que odio, he odiado y odiaré son las personas que marean en todos los sentidos pero más aún en este terreno. Siempre fui muy clara: si quería una relación no tardaba en exponerlo, si estaba de acuerdo o quería que fuese algo puramente sexual también y no te creas que ha sido siempre bien acogido porque como bien dice él parece que algunos te quieren amoldar a lo que ellos desean y una relación, sea del tipo que sea, es cosa de dos. Genial artículo, me encantó conocer su punto de vista. Muaks

  17. Comparto la idea de que marear a la gente no está bien. Si quieres algo con alguien lo dices y sino también (aunque es un poco radical eso de «te borro de mi vida con 2 clicks jajaja).
    O luego están las amigas que te dicen «vamos hablando de quedar». A ver, si tienes otros planes, me lo dices, que lo prefiero a estar pendiente si tienes a bien charlar un rato conmigo…Bss.