Experiencias y masajes en pareja, a nuestra manera
El otro día estaba comentándole a Sergio que me interesa mucho repetir la experiencia de los masajes en pareja y quizás por separado, y darle un toque diferente.
Cuando conté la anterior experiencia, seguro que mencioné que nunca me habían hecho un masaje como este. Quedé especialmente encantada con la forma en que me masajearon el culo y los muslos, que no era para nada como ningún otro de los masajes que he recibido antes en mi vida.
Estuvimos hablándolo tanto que por poco contratamos a un masajista masculino en Barcelona, pero fíjate cómo son las cosas… Yo pido algo y al poco se me materializa. Una habilidad que también comparto con Sergio. Cosa curiosa.
Y es que de tanto pensarlo y hablarlo, o quizás por estar más receptivos a esta idea, nos están pasando un montón de cosas que siempre remiten a los masajes que queremos recibir, e incluso aprender a dar.
Ya hablamos de cuando fuimos al taller de punto G y squirting, por ejemplo… Pero es que ahí no acabó la cosa.
Apareció en estos días una pareja de amigos nuestros que se dedican al tema y que nos ofrecieron probar justo lo que yo quería: una experiencia de masaje tántrico. Nos ofrecieron ser modelos para el masaje de yoni y el masaje prostático, entre otras cosas.
Ambos tenemos ya formación como masajistas y terapeutas en distintos ámbitos.
Sergio aprendió a dar friegas curanderas, Shiatsu, Tuina y anma de manos de sus parientes y su maestro de artes marciales, aunque suele decir que no ha ido más allá de los fundamentos y suele evitar tocar en zonas muy delicadas, como las cervicales.
También estudió masaje estético, terapéutico y deportivo antes de entrar a la universidad. A menudo bromea de haber pulido sus habilidades de masaje con sus amigos…
Y que gracias a eso, casi nunca tuvo que pagarse una cena o una copa durante varios años.
Yo, por mi parte, me he capacitado para dar masaje thai, entre otras terapias que me interesaron en su momento y que ya he mencionado más de una vez por aquí.
El caso es que últimamente le estoy viendo mucho interés al masaje tántrico, y diría que Sergio también… Quién sabe si evolucionaremos juntos hacia ello, porque de momento así parece.
Y en previsión de que terminemos por interesarnos, ya he estado mirando de hacer una secuencia de aprendizaje. Quizás comenzar con unos Cursos Tantra donde sea que nos vaya bien hacerlos, y progresar desde ahí.
Gracias al Congreso de Sexualidad Consciente tenemos a la vista a un buen número de referentes en el tema y les seguimos la pista.
De hecho, bastantes de nosotros ya colaboramos y nos retroalimentamos, además de apoyarnos en los servicios de cada cual; ya sea mediante difusión o incluso inscribiéndonos.
Claro que tener la pista de varias personas que nos gustan para incursionar en este tema del masaje tántrico y otras historias de tantra, no significa que nos vayamos a quedar como pasmarotes, como dicen en España.
Y no, tampoco implica que nos vayamos a esperar quietecitos si sentimos la llamada… A no ser que tengamos también la idea de enfocarnos, priorizar y trazar un rumbo más preciso.
Nosotros no queremos caer en esa típica conducta del que se pasa la vida yendo a eventos, formaciones, terapias y macrofiestas sin descanso…
O lo que es lo mismo: sin tiempo para integrar realmente lo que está recibiendo y dejarlo madurar en su interior lejos de ese ambiente.
Nos guardamos mucho de caer en la espiral del consumo eterno, fruto de la euforia y el entusiasmo desmedido, o del interés de estar siempre dentro de la rosca o con la creencia de que para mantener ese estado hay que estar siempre en ese ambiente, porque al fin y al cabo la vida real es otra.
No nos lo estamos tomando como una moda, sino como una opción seria para nuestras vidas. Y por eso, lo más probable es que, si no nos inician nuestras amistades, entonces acabarán ayudándonos a pulirnos. 🙂
Nos cuentas: ¿Cuál es esa terapia o actividad que quieres hacer con tu pareja?
