Beneficios del porno
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¿Realmente el porno es malo? Descubre los 4 BENEFICIOS del porno

Pensar en beneficios del porno puede generar un choque.

Sobre todo si pensamos que el porno es malo. Teniendo en cuenta que es lo que nos están machacando en la actualidad.

Yo parto de la base de que aquí todos somos personas adultas.

Personas con ganas de aprender, explorar y comprender qué pasa en nuestra vida sexual.

Y aunque te parezca increíble, hay muchas cosas que a mí personalmente me gustan y creo que podemos aprender mucho de ellas.

En esto incluyo experiencias traumáticas, dolorosas e incluso crueles, hasta los fetiches, la violencia y el porno.

Y lo sé, para muchos el porno es malo. Hay una generación entera de personas que se han criado viendo revistas, cómics y vídeos caseros que les han enseñado todo sobre el sexo y la interacción humana en las relaciones.

Sin embargo, me gusta pensar que así como cuestionamos cosas tan básicas como la religión, la comida que nos ponen en la mesa y hasta lo que dicen nuestros padres, maestros y amigos ¿por qué no íbamos a hacer lo mismo con estos temas?

¿Por qué todo el mundo cree que vemos porno y nos creemos todo lo que allí aparece sin cuestionarnos absolutamente nada?

¿Acaso no cuestionas las películas de ciencia ficción que ves, las series de televisión e incluso las películas animadas o un buen libro de fantasías o una novela?

Es verdad que para algunas personas es difícil ver algo en la televisión o en Internet y no creerlo como una verdad absoluta.

Pero también es cierto que si estás aquí es porque buscas equilibrio entre lo que ves, crees y deseas entender del mundo que te rodea.

Y eso es algo que el porno puede darnos.

Así que si te gusta el porno, pero no eres una persona completamente adicta a él; tanto como si simplemente lo ves para desfogarte un poco y pasarla bien, pero tu placer no depende completamente de esas experiencias; quizás esta reflexión te de unas ideas más.

Si eres una persona adicta que ve el porno como única fuente de la verdad absoluta sobre tus preguntas existenciales sobre la vida, las relaciones y el sexo; quizás estas reflexiones lo único que hagan es sacarte una sonrisa y pases de ello.

O quizás puedas empezar a verlo de otra manera (soy optimista).

Por el contrario si eres una persona reacia al porno que lo ve como fuente del mal absoluto y el gran problema a toda tu vida en pareja…

Esto quizás te va a cabrear un poco, porque aquí vamos a hablar de beneficios y de posibilidades.

Aunque tal vez te pueda ayudar a verlo de otra manera, si abres un poco la mente y te permites una opinión un poco diferente.

Este artículo no tiene la intención de evangelizar a nadie.

Ni mucho menos de decirte qué es bueno o qué es malo al respecto.

Eso es algo que solamente podrás descubrirlo tú mismo y esa responsabilidad es totalmente tuya.

Nosotros solamente queremos brindarte una idea, una reflexión y por qué no otro punto de vista a algo que parece sigue causando debate y mucho dolor a las personas.

Este es un artículo que hemos realizado en conjunto Sergio (mi pareja) de La Vida es Fluir y yo, que esperamos genere una discusión divertida que nos ayude a entendernos mejor y, por qué no, aprender un poco más del maravilloso mundo del sexo.

¡Empezamos!

En estos tiempos, con el auge de la sexualidad sagrada, las personas “conscientes”, “despiertas”, “progres” y “espirituales” que nos acompañan en la exploración de nuestro potencial erótico y sexual están cayendo en lo mismo de lo que se quejan a veces.

Con ello me refiero a que, tras muchos siglos recibiendo acusaciones de sectarios, de desviados, de corruptores y siendo poco más que demonizados; han decidido pagar con la misma moneda a la pornografía, aprovechando para culparla de todos los males de la sexualidad moderna.

El universo pornográfico existe desde los albores de la humanidad. Al igual que la prostitución.

No es algo que hayamos inventado precisamente hoy.

Claro que, en sus inicios, también tenía un componente de ritualismo y sacralización que hoy por hoy se ha dejado aparte.

Hoy la pornografía es lo siguiente para muchas personas:

  • Un descanso del esfuerzo que les supone socializar y tratar de agradar a alguien, tan sólo para ver realizados sus deseos.
  • Un refugio donde no van a ser juzgados, rechazados o ridiculizados por sus fantasías, tendencias, intereses y preferencias.
  • Una liberación rápida y descomplicada de su energía sexual y sus impulsos contenidos, sin consecuencias negativas a posteriori.
  • La única referencia, educación e incluso interés que tienen con respecto al sexo.

En pocas y simples palabras: la pornografía es el lugar donde vuelve a ser fácil vivir nuestra sexualidad.

Mucho más fácil que en los entornos de la sexualidad consciente, de hecho, porque la única interacción es con uno mismo.

El problema para muchos de nosotros no es lo que en algunos sitios se apresuran en señalar, juzgar y demonizar.

Sino que hay personas que a la larga sienten que es más rentable ver porno y masturbarse, especialmente dado el panorama actual.

Y es a estas personas a las que deberíamos tratar de llegar…

Pero no con el discurso de que se están convirtiendo en adictos y en personas peligrosas para la sociedad (pues no olvidemos que hoy en día, si saben que ves porno, lo más fino que te llaman es machista o violador); sino con un acercamiento comprensivo.

Por ejemplo, teniendo en cuenta las siguientes cuestiones.

Beneficio nº 1 del porno: te permite exponerte cuanto antes a tus verdaderos deseos

Los que tenemos ya un tiempito en internet recordamos la famosa Regla 34.

Este meme, que ya tiene unos añitos, consta de unas “reglas del internet” entre las que se incluye esta que mencionamos. Su enunciado es sencillo: “si existe, hay porno de ello”.

Y es muy en serio. Nada está a salvo de la Regla 34.

Especialmente si los japoneses entran en juego… Porque a ellos se les ocurren cosas tan curiosas como la “violación con tentáculos”, una especie de mezcla del bondage/shibari con apéndices fálicos interminables pertenecientes a demonios, extraterrestres, mutantes y etc.

En un tono más normal, con ayuda de la pornografía puedes exponerte a determinadas prácticas y situaciones, por más que sean recreaciones ficticias, y empatizar en parte.

Por ejemplo:

  • ¿Me prestaría a una práctica de incesto?
  • ¿Tendría sexo en público, o me arriesgaría al exhibicionismo?
  • ¿Practicaría el acto con más de una persona a la vez?
  • ¿Me masturbaría con videos de maduras X o de gente más joven que yo?

Y sí: todo ello tiene su reflejo en el porno.

Hay mucho material disponible para las fantasías de ambos sexos.

Y lo mejor de todo es que nos permite no sentirnos solos y raros por simplemente tener fantasías y sentir deseo por algo que se sale del patrón de la «normalidad».

Beneficio nº 2 del porno: descubres tus fantasías y las contrasta

Ahora que hemos sacado el tema de las fantasías, entremos de lleno en ello.

Hace un tiempo Diana hizo una encuesta anónima a las mujeres, y otra a los hombres.

De una muestra bastante nutrida, sacamos cosas tan significativas como que hay determinados escenarios en que las mujeres fantasean con una violación consentida.

Entendemos que esto es a falta de un término mejor en español, y fruto de un préstamo lingüístico cuyo sentido ha calado en nuestra concepción del asunto.

En inglés existe el término ravish, que es comparable a nuestro vocablo “devorar” en algunos sentidos.

Su uso arcaico es el de “violar”, y su uso figurativo, en contextos artísticos y literarios, es el de “cautivar, extasiar o embelesar”.

En algunos diccionarios, su primera acepción es la de “inundar de emociones fuertes, especialmente de gozo”.

De la combinación de estos sentidos para el mismo término bien puede nacer la idea de una violación consentida…

Ahora bien, ¿qué nos dice esto?

Que viendo porno podemos ser conscientes de que existen determinadas prácticas, tendencias e intereses.

Y dándole ligeros matices pornográficos a lo cotidiano, rompemos la barrera del tabú y damos visibilidad a cuestiones que la merecen.

Piensa, por ejemplo, en las conversaciones que 50 sombras de Grey puso sobre la mesa.

Por mucho que no es ni la primera saga sobre BDSM ni la mejor de su género, fue el primer caso en tener tanta notoriedad pública.

Piensa también en el fenómeno que supuso la canción Felices los 4 de Maluma para quienes practicaban la poligamia, el intercambio de parejas, los cuernos consentidos y similares. O su canción Sin contrato para los singles empedernidos…

Y de esto se deriva el tercer beneficio.

Porque está muy bien reconocer que tenemos fantasías y saber cuáles son y otras es contrarrestarlas y descubrir si son o no viables en nuestro contexto y estilo de vida.

Beneficio nº 3 del porno: te permite tomar decisiones informadas

Efectivamente… El conocimiento del porno se transmite en poder sexual para ti.

Al fin y al cabo, si conoces que existen ciertas prácticas y puedes contemplar cómo se desarrollan en determinados contextos, puedes elegir entre:

  • Prestarte a ellas negociando las reglas del juego.
  • Abrirte a la experiencia con tus propias reglas, para tu seguridad y comodidad.
  • Participar aceptando las reglas que otro proponga, siempre que te beneficien.
  • O bien no participar del tema en absoluto.

Por dar un ejemplo actual sobre esto, podríamos hablar del prolapso anal. En el porno hay un fenómeno en torno a este hecho, que es el del rosebud (“capullo de rosa”, en inglés).

Esto es, literalmente, que se te descuelgue parte del recto y te asome por el ano.

Hay personas a las que les gustan las situaciones de dilatación y penetración extrema, y gracias a la existencia de los vídeos que lo muestran, saben de sus riesgos.

Gracias a poder presenciar de algún modo este tipo de prácticas, tienen cuidado de no caer en lo mismo en su intimidad. Se inhiben de hacerlo, salvo que sepan lograrlo de forma segura y consensuada.

Y aquí le estamos rascando los huevos al león. ¿Por qué?

En determinados ambientes te dicen que es muy fácil llevarnos a engaño porque vemos a personas que llegan y se meten un bate de baseball por cualquier orificio sin despeinarse…

Pero cualquier persona con dos dedos de frente puede, o bien informarse, o bien empatizar con su propia experiencia.

Y para los duros de mollera, existen las grabaciones “detrás de cámaras” y las explicaciones de documentales como After Porn Ends.

Ahí te explican sin dobleces ni mareos que para ese corto de media hora donde ves más de doce prácticas diferentes, entre las que se incluyen sexo duro anal, vaginal y oral; posturitas semiacrobáticas y más cuestiones; hicieron falta más de doce horas de grabaciones repartidas en hasta dos meses.

También te cuentan que en las grabaciones de porno el lubricante se usa en botes de tamaño industrial, y que inunda el olor de cada escena por encima del sudor y los fluidos de los actores.

Y, por supuesto, te hablan del gran trabajo de mentalización, de gimnasia corporal y genital, y del mínimo de compenetración que necesitan entre sí para hacer agradable la grabación.

Desde luego, hay casos donde se sigue viendo la industria del porno como un lugar de abuso de poder a la mujer.

Sin embargo, también es cierto que muchas mujeres disfrutan de este trabajo y no porque tu pienses o creas que debe ser lo correcto, todo el mundo debe pensarlo.

Menos aún en los tiempos que corren, donde podemos caer víctimas de tantas cosas e incluso volvernos agresores pero siguen existiendo grupo y personas que quieren ayudar a otras a salir de estas situaciones.

Aquí es donde entra la responsabilidad personal de cada uno.

En definitiva: la ilusión de fácil, rápido, sencillo y sin complicaciones queda en el campo de la fantasía.

Solamente personas verdaderamente inconscientes pierden de vista el trabajo que requiere llegar a esos niveles de rendimiento sexual.

Y esto nos lleva al cuarto y último beneficio del que vamos a hablar hoy.

Beneficio nº 4 del porno: aumentar tu rendimiento sexual de forma realista

Hay vídeos y tutoriales que usualmente no se permiten en cualquier tipo de sitios web y que terminan dentro de los sitios pornográficos por necesidad.

En ellos se ayuda, tanto a hombres como a mujeres, a explorar su placer de maneras distintas a la que acostumbran.

Bajo el apelativo de jerk off instructions (“instrucciones para pajearse”, en inglés) podemos encontrar mucho y buen material para aprender de verdad cómo hacer las cosas cuando no contamos con imaginación y alguien que nos enseñe en persona.

También existen los desafíos de resistencia para no eyacular pronto, en los que te marcan un ritmo masturbatorio en pantalla para que practiques movimientos lentos y rápidos, cortos y largos, intensos y suaves.

Y para ellas, tutoriales para lograr el placer con útiles cotidianos, para encontrarse y encontrar los puntos más placenteros a sus parejas, lograr el orgasmo eyaculatorio femenino (el famoso squirting) y mucho más.

Por supuesto, este es el tipo de vídeos que más nos cuesta ver, porque requieren de una gran cantidad de tiempo y de privacidad…

O de complicidad con tu pareja, para que no se extrañe ni te interrumpa.

Quizás por eso es tan tristemente habitual ir a por el orgasmo y la eyaculación de cabeza… Por la falta de tiempo, privacidad y complicidad, precisamente.

En mi caso personal, habiendo practicado sesiones de masturbación a solas y con mi pareja de más de una hora de duración (y en algunos casos más de tres horas), y habiendo conseguido orgasmo + eyaculación en tiempos considerados dentro de la precocidad (un minuto o menos); me hago una idea de los beneficios del rapidito y de bailar una lenta.

Dicho esto, ¿le ves algún beneficio al porno?

Ya sea porque puedes explorar tus fantasías, abrirte a nuevas experiencias, afinar tus capacidades o comprender mejor las opciones que hay en la actualidad; el caso es que en algún momento de nuestra vida terminaremos allí.

Y cuando llegue el momento, es necesario tener presente que no todo lo que ves en la tele o en Internet es verdad.

Algunos actores son tan buenos en su profesión que pueden convencerte de que les gusta lo que hacen, aunque no sea el caso.

Les pagan para ello, y se preparan especialmente para ejecutarlo.
El porno es como cualquier otro medio de entrenamiento sexual.

Todos ellos funcionan como simples herramientas que te pueden ayudar a conocerte un poco más y gestionar mejor tus gustos; aunque solamente será así cuando no lo tomes como una necesidad o una parte obligatoria de tu vida.

Todo lo que se te ocurra para disfrutar del sexo tanto estando en compañía como solo es un condimento. Aunque no sea el plato principal, puede ser un recurso estupendo para ti y tu pareja.

Por tanto, así como ya no crees en Princesas y Príncipes, ni esas chorradas que nos traen los cuentos de hadas, tampoco te creas todo lo que ves en el porno y menos aún bases tus relaciones en esas premisas; ya que lo único que te causará son problemas a largo plazo, decepciones y falta de amor propio.

Únicamente recuerda no irte a los extremos y no perder de vista que para toda práctica sexual se requiere de consenso, seguridad y máximo respeto y aprecio por ti y tu acompañante.

Con eso sobre la mesa, ¡que disfrutéis de todos vuestros gustos!

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3 comentarios

  1. Leo con atención tu fantástico artículo.
    Estoy en casi todo de acuerdo.
    Lo malo es cuando algunos o algunas ven algo más que ficción.
    Quizá es ahora cuando las mentes más perversas van más allá en las búsquedas.
    Lamentablemente el término más usado en la actualidad, es «violaciones».
    Da mucho que pensar.
    Gracias por compartir y saludos!
    Carla Mila

    1. Ohhh Carla, eso sí que es preocupante. Aunque no olvidemos que la fantasía número uno de muchas mujeres es una violación (consentida para algunas, pero violación al fin y al cabo). Mientras no pase de un deseo y algo que está en tu cabeza, creo que vamos bien. O llegaremos al mundo de la purga (una película brutal) :O