Bolas chinas: juguete íntimo o herramienta de salud sexual femenina
Las bolas chinas se venden como juguetes sexuales y son de los más famosos y extendidos en la cultura popular.
Su fama se debe a uno de los dos motivos que las hacen verdaderamente interesantes, y es que, además de discretas, hay un fuerte estímulo visual en el acto de introducirlas y extraerlas.
Sin embargo, lo que muchas personas no saben (o dejan de lado) es que no es un juguetito, las bolas chinas son una herramienta de la salud sexual y la higiene femenina que te ayuda a trabajar la fuerza de la zona genital y el suelo pélvico.
Hablemos de ello en este nuevo post de Hablando de Sexo.
En primer lugar: ¿qué son las bolas chinas?
Con este nombre (bolas Ben Wa o bolas chinas), además de bolas de kegel (por los famosos ejercicios del suelo pélvico), conocemos distintos aparatos.
Los más comunes constan de una bola individual o una bola doble.
También existe una ristra de bolas que es muy habitual ver en juegos anales extremos, pero para este post me voy a centrar en las bolas individuales y dobles, que además son las que yo tengo y uso.
Estas bolas, individuales o dobles, pueden ser sólidas o llevar dentro una bola más pequeña que produce estímulos al moverte.
Con eso llevan atención a tu zona genital y comienzan una parte del trabajo de fortalecimiento.
La otra parte depende de que vayas graduando el tamaño y el peso de las bolas que usas, pues los kits que se encuentran actualmente disponibles incluyen hasta un plan para empezar ligero e ir progresando.
Recuerda que lo que se busca al utilizar las bolas chinas es fortalecer el músculo que se encuentra en el suelo pélvico.
¿Y qué beneficios sacas de usar bolas chinas?
El primer beneficio que vas a notar es que le pierdes el miedo a que las cosas queden atascadas dentro de tu vagina.
¡Y vaya si empodera eso!
Entre los pesos y tamaños, y con prácticas como el pompoarismo, aprendes a retener y soltar a tu gusto.
Y eso, por supuesto, también te ayuda a darle salud a tus genitales.
Los profesionales de la sexología, la ginecología, la fisioterapia, la salud y la educación sexual coincidimos en recomendarte las bolas chinas para recuperar la forma y el tono muscular de tu vagina tras el parto, por ejemplo.
Y es que tanto ejercicio con las bolas chinas le da fuerza y elasticidad a la zona, te sirve para prevenir el prolapso y la incontinencia urinaria y (mi bonus favorito), aumenta tu deseo, favorece la lubricación natural y te prepara para tener mejores orgasmos.
¿Sabes en qué se traduce eso? En autoconocimiento y en poder personal.
El poder de entender cómo funciona tu cuerpo, de cuidarlo adecuadamente. De servirlo y servirte de él.
¿Dónde conseguir las bolas chinas?
Hoy en días las bolas chinas se pueden conseguir en farmacias, droguerías e incluso herbolarios.
Si te da un poco de corte utilizar estos lugares o quieres conseguir una marca en especial y quizás estos lugares cerca a tu casa no los tienen, puedes utilizar una Tienda erótica online.
Lo bueno de las tiendas eróticas es que tendrán mucha más variedad que en los otros lugares, que normalmente se casan con una marca y es difícil conseguir de otras.
Mientras que las tiendas eróticas tienen diferentes opciones, lo cual te dará mejores opciones para probar.
¿Cómo se usan las bolas chinas, Diana?
Te cuento querida.
Es tan sencillo como introducirlas en tu vagina. Y por cierto, viene bien limpiarlas antes del uso, incluso si están recién estrenadas.
La mayoría de bolas chinas están hechas de materiales no porosos y saludables para el contacto con tu organismo, pero al tener pequeños pliegues o estar incrustadas en un soporte para que puedas regular los pesos, es mejor prevenir que meterlas sin más.
¿Te cuesta introducirlas por falta de lubricación? Tienes tus opciones.
La más recomendada por ser la menos problemática es usar lubricantes a base de agua.
Son más saludables para ti y traen menos riesgos de dañar el material de las bolas e irritar tu piel.
Hay quien utiliza también aceites como el de coco y el de almendras. Con el debido cuidado para evitar una reacción alérgica indeseada, también puede ser una opción para ti.
En cuanto a las bolas, sólo sabrás si les hace mal probándolo.
Una vez metidas, la tarea que toca es retenerlas dentro y moverte.
¿Cuánto tiempo? Dependerá de tus objetivos y de tu estado actual.
Llevarlas puestas mientras haces tu vida cotidiana sirve, aunque también puedes practicar los ejercicios de Kegel o aprender pompoarismo.
Yo me las he llegado a llevar sin darme cuenta varias veces a mi clase de yoga. Nadie salvo yo notaba que las llevaba, ¡pero era híper consciente de ellas en una clase tan silenciosa!
Cuando termines de usarlas, límpialas de nuevo (jabón neutro y agua clara, ¡por favor!) y guárdalas en la bolsa que incluye el pack. O mejor aún, en la caja que traían, si no la tiraste.
Y esto es, de momento, lo que te puedo contar sobre las bolas chinas.
Las menciono bastante a menudo en mis talleres de la Academia Hablando de Sexo y en los programas de Comunidad Fluyendo (de hecho, Cuerpo y Placer tiene un apartado dedicado a los juguetes y sus beneficios para la salud sexual).
Espero que te animes a probarlas y que me cuentes en qué te han ayudado.