Creencias limitantes con respecto a la compra o uso de un vibrador
Uno de los temas que más me gusta tocar con respecto a nuestra sexualidad son las creencias limitantes. Porque como bien su nombre lo dice, nos limitan a la hora de disfrutar y tener una mejor sexualidad (en este caso).
Reconocer que tenemos creencias, trabajar en ellas y descubrir el potencial que tenemos cuando realmente logramos darle el valor que tienen en nuestra vida, cambia tanto a una persona que particularmente me encanta.
Al fin y al cabo, las creencias forman parte de toda nuestra vida. En todas las áreas creemos cosas que pueden afectar nuestro desarrollo físico, social, profesional y hasta sexual, desde luego.
Teniendo en cuenta que hace poco salió el tema en las charlas que tenemos del Taller de Sexualidad, he querido hacer un viaje y descubrir algunas de las creencias limitantes que podemos tener con respecto a los juguetes eróticos. Herramientas que creo pueden ser divertidas, estimulantes y además, nos ayudan en temas de terapia y ejercicio físico.
Pues bien, partamos de la base de que un vibrador o consolador, como solíamos llamarlo anteriormente y se sigue llamando en algunos contextos, son juguetes eróticos que nos sirven para darnos placer en nuestros encuentros sexuales, solos o en pareja.
Algunos más enterados del tema saben que también tienen distintos beneficios a nivel de salud sexual.
Por ejemplo, pueden ayudarte si tienes problemas de lubricación, excitación o dolores durante la penetración. Si ninguno de estos se debe a una enfermedad física, desde luego.
Con los juguetes puedes estimular y preparar tu cuerpo de tal manera que cuando llegue el momento de la penetración no sea doloroso, y por el contrario pueda ser bastante placentero.
Los vibradores y algunos juguetes eróticos en especial, también sirven para fortalecer el suelo pélvico, una zona que olvidamos poner fuerte cuando hacemos ejercicio.
Te recomiendo visitar tiendas eróticas onlines como SexSymbol.com.co para mayor información sobre la gran variedad de juguetes que existen hoy en día en el mercado.
Cuando hablamos de ejercicio es muy fácil pensar en endurecer nuestras piernas, tener brazos más firmes, un abdomen más plano y hasta un pecho más duro. Sin embargo, poco pensamos en una zona que es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior: el suelo pélvico.
Su función consiste en sostener los órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) en una posición adecuada que nos ayudará en su normal funcionamiento.
Entonces, como puedes ver con estos dos simples ejemplos, entrenar tu vagina con vibradores y otros juguetes llega a ser bueno para tu cuerpo, además de brindarte un mayor conocimiento de tu sensibilidad y de cómo funciona tu orgasmo.
Puede que descubras cosas sobre ti misma y tu placer que no has alcanzado sola o en pareja todavía… Como el famoso squirt, si aprendes a estimularte y relajarte de la manera adecuada para lograrlo.
Sin embargo, vamos al meollo del asunto. ¿Por qué las creencias pueden afectar nuestra vida sexual? y mejor aún, ¿por qué nos cuesta incluir juguetes eróticos en nuestros encuentros? ¿Qué creencias tenemos que nos afectan realmente?
Vamos a hablar de creencias
Las creencias pueden afectar tu vida sexual porque si crees todo lo que te dicen, llegará un momento en que dejas de escuchar tu propia voz y eso de alguna manera te afectará en tu disfrute y satisfacción.
Voy a compartir contigo algunas creencias que pueden estar afectando tu vida sexual con respecto a los juguetes eróticos:
- Tener un juguete es señal de estar insatisfecha con tu pareja, de querer un amante o de que eres mal polvo y necesitas ayuda.
Esta gran creencia que pueden ser tres o cuatro, es una de las que más daño nos hacen y que tenemos o hemos tenido muchas personas a lo largo de nuestra vida sexual.
Es por esa razón que muchas tienen miedo de sugerirlo en la relación de pareja e incluso de llegar a probarlos, por más curiosidad que tengan.
Sentir que te falta algo en tu relación o que es el momento de explorar más allá, no significa que las cosas estén mal o que no disfrutes de tu pareja o de ti misma. Significa simplemente que quieres explorar otras cosas y eso, nunca va a ser malo.
Te recomiendo este artículo: «lo que no sabías acerca de los vibradores sexuales»
- Otra creencia que podemos tener es que si utilizamos un juguete ya luego será imposible disfrutar sin él.
Esto tampoco es cierto. Aunque es verdad que algunas personas se vuelven dependientes del juguete para llegar a disfrutar de un orgasmos, no es habitual.
Las personas somos más inteligentes de lo que creemos y podemos llegar a ser, por lo cual diferenciar cuándo una cosa es para jugar y darle otro giro a la relación y cuándo se está convirtiendo en una necesidad o dependencia de nuestro disfrute sexual es posible.
El asunto es que muchos no quieren reconocerlo o no son capaces de aceptarlo. Pero tú que estás leyendo esto y que apenas estás empezando a evaluar el incluir los juguetes en tu vida sexual. Ya sabes que hay un riesgo y está en tus manos elegir bien el camino que vas a transitar.
- Ahora vamos con el tema del uso. Muchas personas no compran un vibrador porque tienen miedo de no saber usarlo y hacer un gasto innecesario en algo luego no podrán utilizar.
Asociada a esta creencia está la de pensar que todas debemos sentir lo mismo.
Entonces si ves que alguien dice que ha sido alucinante jugar con x juguete y a ti no te pasa lo mismo te decepcionas de todos los demás.
Cuando aquí pueden estar pasando varias cosas:
- que no sea el juguete para ti.
- que no lo estés utilizando correctamente
- que tus propias creencias estén haciendo que no logres disfrutar con él.
Tener miedo de incluir algo nuevo en tu vida sexual es normal. El asunto es no permitir que el miedo te impida disfrutar y explorar tu sexualidad al máximo.
- Qué pasa si se enteran de que utilizo un vibrador para estimularme sexualmente.
Seguimos teniendo mucho miedo al qué dirán. Incluso nuestra propia pareja.
Sin embargo, no deberíamos avergonzarnos de buscar nuestro placer, de querer conocer nuestro cuerpo y de darle todos aquellos caprichos que puede necesitar.
Así que si esta es tu razón para no hacerte con un vibrador, te recomiendo que dejes de pensar en el qué dirán y que busques más tu propia verdad. La necesidad que tienes y lo que realmente te estimula y te hace feliz a ti.
Los demás ya verán cómo se apañan con sus cosas, por tu parte, piensa en ti, porque eres la persona más importante de tu universo.
Hay más creencias, por supuesto.
Solamente te dejo con estos ejemplos, para que comprendas que no debe importarte dar la impresión de que te falta algo en tu vida sexual. Porque, de hecho, pensar en incluir juguetes no es sinónimo de que algo falta, sino que debería ser más un sinónimo de que hay tan buena confianza y conexión que lo que desean es ir al siguiente nivel.
Espero que con este artículo te de para pensar en tus propias creencias para que empieces a trabajar sin miedo de ti, ni de todo lo que puedes disfrutar a nivel sexual.
Porque lo cierto es que si te permites observar todo el panorama, descubrirás que tener un vibrador u otro tipo de juguete sexual puede ser bastante estimulante y divertido.
Así que trabaja tus creencias y disfruta más de aprender a conocer y disfrutar tu cuerpo y el de tu pareja.
Que las creencias no impidan que vivas una sexualidad plena.
¿Te animas a contarnos cuáles son tus creencias con respecto a la compra o uso de un vibrador?
Hola Diana, me ha encantado este post porque le has dado en el clavo! Leyéndote me doy cuenta que mis creencia limitantes están ahí, salvaguardando mi vergüenza al que dirán… jajaja. Y es que una vez empiezo a hablar de ello veo que no pasa nada… y que puede ser algo estimulante y divertido ahondar sobre este tema. Al menos eso es de lo que me he dado cuenta 😉 Y eso ya es un gran paso! Gracias de nuevo! Abrazos, Noemí
Noemí tal cual, a medida que vamos hablado las ideas que tenemos van cambiando, por eso es tan importante no quedarse con nada y compartir, aunque haya miedo o terror de decir ciertas cosas… Las creencias cambiando cuando nosotros lo permitimos 🙂
No me había puesto a pensar en mis creencias sobre los vibradores.
A ver…
Bueno, creo que limitantes ninguna. Los he tenido y disfrutado sola y acompañada. Son un buen complemento y te sacan de apuros.
Pero sí, las que mencionas en el post son las que he escuchado con mayor frecuencia entre amigos. Especialmente la de la insatisfacción.
Gracias por ponerme a pensar un ratico sobre el tema 🙂
Saludos, Diana.
Gracias guapa por corroborar algo que sabía que pasaba hace un tiempo por mi tierra y que a veces me cuesta reconocer si aún se vive 🙂 Un abrazo guapa y a por ese cambio de creencias 🙂
Qué gran artículo, amiga. Y qué bueno que hayas decidido hablar sobre la influencia de nuestras creencias en el uso de juguetes eróticos.
Sin ir más lejos, este verano vi cómo el descubrimiento de que una familiar utilizaba juguetes sexuales era objeto de burla y bromas por parte del entorno más cercana. Sólo porque sí y porque este tema sigue siendo tabú aún hoy día para muchas personas y en muchas culturas.
Por ese último motivo, encuentro tan valioso este artículo, ya que nos ayuda a conocer y/o recordar los beneficios que pueden aportarnos el uso de este tipo de juguetes.
Yo cuento con un único juguete, que, aunque lo utilizo poco, nos ha ayudado a aumentar la excitación en algunas ocasiones, tanto a mí como a mi pareja.
Un gran abrazo, siempre es un placer leerte! 🙂
Ali
Gracias a ti preciosa por pasarte por aquí y dejarnos este comentario. Sobre el tema de las burlas, sabes que he llegado a la conclusión de que es nuestra manera de «protegernos» frente a un tema que no entendemos o nos incomoda y es triste que tengamos que hacerlo en vez de hablar, compartir y tener una apertura diferente. Pero bueno, creo que a la final, todo llegará, si se da el caso ¿no?
Un abrazo preciosa 🙂
Excelente post, rompamos con esas barreras o creencias limitantes tanto de mujeres como de los hombres.
Con artículos así nos ayudas a vencer esos pensamientos y bueno a tal punto de pensar en que es cierto, los juguetes sexuales son parte de la picardia e intimidad y no por la necesidad de cubrir alguna falta, te lo juro en principio esto era lo que yo pensaba. Porque claro vamos viendo y escuchando de todo por ahí cuando crecemos que estas cosas las tachamos como algo malo para nuestra intimidad.
Abrazos Diana!
Gracias Gabriela por compartir tu experiencia. Seguimos trabajando en cambiar esas creencias, poco a poco, porque sencillo no es 🙂
Pues te cuento Diana que cuando mi pareja llegó a casa con un vibrador justo pensé que algo faltaba o que ahora había un tercero en la relación, estaba un poco reacia al principio, pero luego me abrí un poco más a la idea y al placer hasta que llegó el día en que hasta lo usaba para mis encuentros a solas, creo que el permitirse hacer cosas diferentes es algo que debemos experimentar, sobre todo cuando los años van sumando en la relación, así que tener limitantes es normal, pero también es válido abrirse a las posibilidades. Saludos.
Claro que sí guapa, es necesario abrir la mente y explorar cosas nuevas. Cuesta un poco, como dices, pero merece la pena cuando descubres y vives libre de estos prejuicios. Gracias por compartir la experiencia preciosa 🙂
Me compré mi primer vibrador en este año, cuando descubrí que mi pareja le iban los chicos mi hambre sexual se despertó mucho más. Ahora tengo dos juguetes conmigo y es la mejor decisión que he tomado en toda mi vida.
No me importa decir libremente que tengo juguetes sexuales, vivimos en una sociedad donde hablar de nuestro sexo, es pecado.
Totalmente guapa, vivimos en una sociedad libre, donde estas cosas deberían ser normales y naturales. Gracias por compartir preciosa 🙂
Cierto Diana ¡Cuantas creencias limitantes tenemos en relación a nuestra sexualidad! Creo que precisamente el uso del vibrador es de las que más, sobre todo porque en ocasiones hemos creído (y aún se cree en muchos contextos) que el vibrador era un sustituto del hombre y eso suponía plantear que un objeto pudiera dejar a un lado al «centro del universo». Y ni que decir de como se sigue llamando aún: consolador (como si la mujer que lo usara necesitara el consuelo de algo porque su hombre no la satisfacía… jajaja)
Gracias Diana por tus artículos porque me hacen reflexionar sobre mi propia sexualidad y mis propios tabúes. Un abrazote y continúo leyéndote.
Gracias Yolanda por tus palabras, seguimos trabajando en cambiar creencias, tus palabras me animan mucho. Así que vamos a seguir trabajando en ello. 🙂